viernes, 8 de junio de 2012

8 de junio. Cambios a los estudios de filosofía

La reforma de los estudios eclesiásticos de filosofía

Tomado del sitio del Regnum Christi

http://regnumchristi.org/espanol/articulos/articulo.phtml?se=364&ca=118&te=782&id=36985&csearch=118


Roma, 7 de junio de 2012. El pasado 28 de enero de 2011, memoria litúrgica de santo Tomás de Aquino, la Congregación para le Educación Católica publicó el «Decreto de Reforma de los Estudios Eclesiásticos de Filosofía». Este documento fue acompañado sucesivamente por una nota aplicativa, en la que se establece que la nueva normativa entrará en vigor en todas las universidades eclesiásticas a partir del próximo curso 2012-2013. Para conocer más acerca del contenido como de las novedades en la formación de los legionarios de Cristo que iniciarán los estudios de filosofía el próximo año, un equipo de la sede de la dirección general de Roma entrevistó al P. Rafael Pascual, L.C., decano de la facultad de filosofía del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.


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¿Cuál es la motivación que está a la base de la reforma de los estudios eclesiásticos de la Congregación para la Educación Católica?

P. Rafael: El Decreto hace referencia al escollo de la actual fragmentación del saber, con una consiguiente aproximación parcial a la verdad que, a su vez, afecta la unidad interior del hombre contemporáneo. Frente a este problema, el Magisterio reciente de Juan Pablo II, especialmente la carta encíclica Fides et ratio, ha expresado la convicción de que sigue siendo posible para el hombre de hoy llegar a una visión orgánica y unitaria del saber. Ponerlo en práctica es una de las tareas del pensamiento cristiano, y el lugar privilegiado para llevarlo a cabo se encuentra en las universidades eclesiásticas. Por ello, el Decreto pide que los estudiantes llegue a ser capaces de alcanzar una sólida forma mentis filosófica pues «estos hábitos permiten pensar, conocer y razonar con precisión y también dialogar con todos de modo incisivo y sin miedo» (n. 11).

¿Qué establece el Decreto de cara a la doctrina tomista?

P. Rafael: El Decreto vuelve a insistir en el papel e importancia del pensamiento de santo Tomás de Aquino en las facultades de filosofía de las universidades eclesiásticas, subrayando su especial relieve. De hecho en el n.12 se dice que «la preferencia atribuida por la Iglesia a su método y a su doctrina no es exclusiva, sino “ejemplar”». Por su parte la nota aplicativa que acompaña el decreto explica así esta referencia a la «ejemplaridad» al doctor angélico: «La referencia a la filosofía de santo Tomás de Aquino está encaminado a evitar dos errores: el de la reducción histórica (según la cual este pensamiento pertenece solo al pasado) y el de una absolutización a-histórica (que entiende la filosofía de santo Tomás como punto de llegada del esfuerzo filosófico)». En pocas palabras podríamos decir: ni sólo Tomás, ni ya no Tomás.

¿La reforma supone un mayor énfasis en algunas disciplinas?

P. Rafael: En el Decreto se insiste en primer lugar en la importancia de la filosofía sistemática en general. Desde luego, se continuará enseñando la historia de la filosofía, pero de tal manera que ésta sirva de apoyo a la dimensión sistemática. En este sentido, los cursos de filosofía sistemática no deberán simplemente recorrer la historia de las opiniones maduradas por diferentes pensadores a lo largo del tiempo, sino sobre todo formular un juicio crítico y preparar la exposición sistemática de la doctrina respecto a una serie de verdades fundamentales, como la capacidad de alcanzar la verdad objetiva y universal, la unidad entre cuerpo y alma en el hombre, la dignidad de la persona humana, la relación entre naturaleza y libertad, la ley natural y las «fuentes de la moralidad», la conformidad necesaria entre la ley civil y la moral, etc. (cfr. Decreto, n. 11).

Asimismo, en el currículo de estudios del primer ciclo de los estudios de filosofía o bachillerato se establece una división de tres categorías de cursos:

a) materias obligatorias fundamentales, que a su vez se dividen en:

- disciplinas filosóficas principales: metafísica (entendida como filosofía del ser y como teología natural), filosofía de la naturaleza, filosofía del hombre, filosofía moral y política, lógica y filosofía del conocimiento. Dentro de ellas se subraya la metafísica, y se pide que tenga un número congruo de créditos;

- historia de la filosofía (antigua, medieval, moderna y contemporánea); se pide que el examen atento de las corrientes que han tenido mayor influjo esté acompañado por la lectura de textos de los autores más significativos.

Para dar el debido peso a esta primera categoría de materias, se establece que constituyan entre el 60% y el 70% del total de créditos del primer ciclo.

b) materias obligatorias complementarias, que corresponden a las siguientes tipologías:

- un nuevo curso, que estudie las relaciones entre razón y fe cristiana, o entre filosofía y teología, desde un punto de vista tanto sistemático como histórico, salvaguardando tanto su respectiva autonomía como su interrelación;

- estudio del latín, con el objetivo específico de ser capaces de comprender las obras filosóficas, sobre todo de los autores cristianos, escritas en esta lengua.

- estudio de una lengua moderna diversa de la propia lengua materna

- introducción a la metodología de estudio y al trabajo científico

c) materias complementarias opcionales: elementos de literatura y de las artes; elementos de algunas ciencias humanas y naturales, estableciendo la conexión de estas ciencias y la filosofía; otras disciplinas filosóficas, como la filosofía de la ciencia, de la religión, del lenguaje, de la cultura, del arte, de la técnica.

¿Nos puede referir las consecuencias prácticas de esta reforma?

El Decreto establece algunos cambios significativos, además de los ya señalados. El primer ciclo (bachillerato) se amplía a tres años. Se insiste en el aprendizaje o profundización del latín y de una lengua moderna, tanto para el primero como para el segundo ciclo. En el segundo ciclo se potencia la especialización: el alumno desde el inicio sigue un programa de estudios en el que se combinan cursos para la síntesis general con los propios de la especialización escogida, de modo que al concluir sus estudios obtenga un título de «licenciatura en filosofía con especialización en…». Finalmente, en el Decreto se establece que el doctorado tendrá una duración mínima de tres años.

¿Esto supone cambios en la vida interna de la Legión relacionados tanto con el periodo de prácticas apostólicas como de quiénes harían la licenciatura completa en filosofía?

En efecto, como ya se ha dicho, a partir del próximo año académico el bachillerato en filosofía será de tres años, más otros dos para el caso de quienes harán la licenciatura. Conviene dejar claro que esto no tiene un efecto retroactivo, sino que se aplica del próximo ciclo en adelante. Es comprensible que esto tenga efectos en los tiempos de cara al periodo de las prácticas apostólicas y que se piense en la posibilidad de ser más selectivos en cuanto al tiempo en que los religiosos harán el segundo ciclo o licenciatura. Esto plantea ciertamente una novedad que deberá ser afrontada.

Nos ha hablado de las especializaciones. ¿Nos puede decir algo más al respecto y qué es lo que se estaba haciendo ya en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum?

Con las especializaciones en el segundo ciclo se busca combinar una síntesis superior de las grandes temáticas de la filosofía con la preparación particular en un área más específica, según los propios intereses y capacidades y en función del ministerio futuro. Se supone que una parte de los alumnos del segundo ciclo se dedicarán a la formación universitaria. Por eso se busca prepararlos para poder impartir las materias principales del currículo filosófico. Así se indica expresamente en la Nota que acompaña al Decreto: «vigílese para que las especializaciones, en las que son formados los futuros profesores de los Seminarios Mayores, correspondan a las disciplinas que deberán enseñar». Por este motivo, la facultad de filosofía del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum ofrece la licenciatura en filosofía con cinco especializaciones diversas: metafísica, antropología, ética, filosofía del conocimiento y de la ciencia, y sobre el pensamiento de santo Tomás de Aquino. Dentro del área de la propia especialización, además de los cursos prescritos y los opcionales propios de la misma, los alumnos han de elaborar una disertación escrita sobre un tema que tenga que ver con su ámbito de especialización y también deben elegir dos obras filosóficas de la lista propia de esa misma área de especialización, sobre las que también son examinados.

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