lunes, 7 de noviembre de 2011

7 de noviembre. Oportunidad de trabajo. Ciudad de México

ÉDGAR ADRIÁN MARTÍNEZ CHÁVEZ nos comparte:

Puesto: Líder de proyectos.
Perfil: Analítico.
Labores:
Seguimiento de proyectos y elaboración de proyectos.
Los proyectos tienen el objetivo de lograr ahorros en los colegios legionarios.
Requisitos:
Experiencia en colegios legionarios.
Estudios de administración o ingeniería.
La oficina está ubicada en la ciudad de México (Universidad Anáhuac México Norte).
Disponibilidad de viajar cuando sea necesario (esporádicamente).
Interesados enviar currículum a:

emartinez@arcol.org

Por el tipo de trabajo buscamos que haya tenido alguna experiencia en colegios legionarios

7 de noviembre. Ha fallecido el papá de Roberto Méndez Jiménez

ROBERTO MÉNDEZ JIMÉNEZ nos comparte que ha fallecido su papá.

Encomendémoslo en nuestras oraciones.

Que Dios lo guarde.

viernes, 4 de noviembre de 2011

4 de noviembre. Testimonio de Marco Antonio Lome sobre el padre Mora



TESTIMONIO DE MARCO ANTONIO LOME SOBRE EL PADRE CARLOS MORA

(Tomado de la página del Regnum Christi)



Publicamos a continuación el testimonio de Marco Antonio Lôme, quien después de varios años de vida religiosa en la Legión de Cristo decidió, de acuerdo con sus formadores, no renovar sus votos temporales para servir a Dios a través de la vida seglar. Marco Antonio tuvo la oportunidad de convivir con el P. Mora durante su convalecencia en Nueva York.
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Mientras se le daba un “adiós” o mejor dicho un “hasta luego” al P. Carlos Mora, L.C., imagino que allá en el cielo lo estarían recibiendo entre pompas y aplausos un gran cortejo de ángeles que junto a tantas almas conducirían al P. Mora al esperado abrazo con Dios Padre.
¡Qué difícil es poder dar un "adiós" a hombres de la talla del P. Mora! Porque en ese adiós se ocultan una gran variedad de sentimientos y de recuerdos que te hacen suspirar por hombres santos y generosos... porque el mundo ha perdido una "fuente" de luz y de paz. Porque el P. Mora era de esos hombres que hacían que nuestro mundo fuera diferente o al menos nos presentaba un futuro con optimismo. Porque era un sacerdote que hablaba de Dios y hablaba con Dios.
Desde mi entrada al centro vocacional, recuerdo todas los coloquios informales donde nos explican en grupo el carisma de la Congregación en las que nuestros formadores nos hablaban de los primeros legionarios, entre ellos el P. Mora, como un hombre sencillo, lleno de oración y un gran apóstol del Evangelio. De vez en cuando nos visitaba y nos daba una "chorchita" y eran edificantes al escuchar el profundo amor que tenía por su vocación.
Durante toda mi vida legionaria, el P. Mora siempre salía en las predicaciones y ejercicios espirituales como ejemplo de apóstol.
Pero yo no había tenido la oportunidad de convivir cercanamente con el P. Mora. Dios me dio la oportunidad y me la concedió precisamente antes de terminar mi período de votos temporales. Los últimos meses los pasé en el centro de formación de Thornwood, Nueva York. Al llegar a este centro supe que el P. Mora había llegado por causa de una operación que se iba a realizar. No sabía que era un tumor en el pulmón.
Todavía recuerdo lo mucho que lo encomendamos en nuestras oraciones, pero era sorprendente la tranquilidad y la paz con que vivía el P. Mora. Recuerdo especialmente cuando llegaba a rezar a la capilla y se arrodillaba. Puedo decir que parecía que Dios mismo estaba hablando cara a cara con él.
Dado que yo era de los religiosos que disponía de más tiempo, debido a mi situación de espera que terminara el período de mis votos temporales, muchas veces me tocó acompañarle y así pude conocer su buen sentido del humor, su trato fino y amable y su caridad. De igual modo, me tocó estar con él en sus caminatas algunas veces por los alrededores de la casa.
Después de su operación, dónde le quitaron un pulmón, recuerdo que el P. Mora nos dio una plática. Y su mensaje fue claro: «Estar siempre dispuestos a realizar la voluntad de Dios». Y nos contagiaba de su gran celo apostólico. Nos decía que se quería recuperar rápido porque tenía que ir a Guadalajara ya que tenía mucho trabajo atrasado y porque su ilusión era construir allí una universidad. ¡Qué maravilla! Siempre pensando en más y en los demás... Semper altius! (Siempre más alto)...
Finalmente tuve la gracia de acompañarlo a visitar el Museo Metropolitano de Nueva York, después de visitar parte del museo, dijo que me iba a invitar la comida y así lo hizo y allí me dijo una frase que me sorprendió : «Yo nunca le dije no a Dios, hermano. Nunca dudé de mi vocación ni tuve ninguna crisis vocacional porque desde pequeño tenía claro el plan de Dios sobre la Legión y tenía claro el don de mi vocación». Eso nunca lo voy a olvidar porque me llegó en lo profundo del corazón y comenzó a hablarme de la coherencia y sencillez de vida.
Antes de irse le pedí algunos consejos para mi nuevo estado de vida ya que había visto que Dios no me llamaba a la vida religiosa en la Legión. Y me dijo: «Mucha oración, cultivo de la vida de gracia, devoción a María y apertura a lo que Dios vaya pidiendo».
¡Qué buen consejo! y allí entre las lágrimas y los recuerdos me uno al "hasta luego" agradecido al P. Mora de tantos legionarios y miembros del Regnum Christi. Gracias a Dios por mandar a estos "santos" a nuestro mundo porque verdaderamente le hacen prender "fuego" con su testimonio y su santidad.
 Marco Antonio Lôme

4 de noviembre. Crónica del fallecimiento y funeral del padre Mora




Sábado 4 de noviembre de 2006

El sábado 4 de noviembre el padre Mora amaneció en la misma situación delicada de las últimas semanas. Había pasado una noche con algún malestar del estómago. Retomó algo de energía y parecía que iba a pasar un día sereno. El padre se encontraba en la casa de la familia Sánchez Barba.

En la mañana recibió la visita de Félix Sánchez Soler. Poco después de marcharse “El Ratón” el padre entró en crisis. Se encontraban presentes el padre Jorge Guzmán, Jesús y Beatriz Sánchez Barba, y Eduardo y Lourdes Carrillo. Le pidieron al padre una bendición que aún les dio. Iniciaron los esfuerzos para reanimarlo. El padre Jorge, viendo aproximarse el desenlace, comenzó a celebrar la Santa Misa. Apenas después de las 6 de la tarde falleció el padre Carlos Mora, durante la celebración de la Eucaristía. Unos veinte minutos después llegaron el P. Vicente Cortina, superior del centro de apostolado de La Paz, y el P. Juan Pedro Oriol.

Fue trasladado a la agencia funeraria Gayoso para la preparación del cuerpo. Posteriormente fue trasladado al centro donde el P. Juan Pedro se encargó de vestirle la sotana. Entretanto se acondicionó la sección de señoras del norte, en la avenida Acueducto, para recibir el féretro y velar los restos. A partir de las 11 de la noche inició formalmente la velación. Las familias fueron desfilando a lo largo de esa noche y hasta la tarde del domingo.

Domingo 5 de Noviembre de 2006

El padre Leonardo Núñez, director territorial, llegó en el primer vuelo del domingo a Guadalajara. A lo largo del día llegaron otros legionarios y miembros consagrados de ambas ramas.

Durante el domingo se celebraron cuatro misas ante el féretro del P. Mora en el centro de la sección de señoras: a las ocho, a las nueve y media, a las once y a las doce y media. Todas las misas estuvieron llenas. Entre una y otra las familias pasaban a dar su último adiós a los restos del padre. Se colocó un libro en blanco a la entrada en el que los visitantes escribieron un testimonio o recuerdo en memoria del padre Mora. También se rezó el rosario. Durante la mañana el párroco de San Javier de las Colinas, donde se encuentra el centro de la sección de señoras, acudió a dar su pésame y despedirse de los restos del padre. Ofreció que la misa de las cinco de la tarde fuera en la parroquia.

Su Eminencia el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez llegó aproximadamente a la una de la tarde y esperó en el recibidor a que concluyera la Santa Misa acompañado del padre Leonardo, del padre Vicente Cortina y de familias que saludaron al cardenal y conversaron con él. Su eminencia pasó luego unos momentos a orar junto al cadáver, y bendijo con agua bendita el féretro y a los presentes.

A las cinco de la tarde se trasladó al padre Mora al templo y se colocó el ataúd en el suelo, con una casulla y un evangeliario sobre él. Después de la Celebración Eucarística el cortejo fúnebre se dirigió hacia el  centro vocacional de Guadalajara, en Tesistán. Los restos llegaron a las siete y media de la noche. La comunidad colocó un panel a la entrada de la capilla con fotografías y una semblanza del padre Mora. Se rezó el rosario mientras llegaban los que deseaban asistir a la misa de cuerpo presente. Presidió la ceremonia el padre Leonardo Núñez. Concelebraron otros 21 sacerdotes legionarios. Participaron en la misa un poco más de setecientas personas, entre hermanos de la comunidad del centro vocacional, religiosos, señoritas consagradas, familias y amigos. Antes de dar la bendición el padre Antonio Herrero, nuncio del director general, leyó la carta que el padre Álvaro Corcuera dirigió al padre Leonardo con motivo del fallecimiento del padre Carlos Mora. Después de la carta el padre Leonardo informó a todos que al día siguiente se trasladaría al padre a Cotija y que sería enterrado el martes a mediodía. Después de la bendición y cuando concluyó la procesión de los celebrantes la asamblea dio un largo aplauso de despedida al padre Mora. Las señoras del apostolado “Sendas” repartieron a los presentes unas estampas con la imagen del “Cristo legionario” y detrás un resumen de la vida del padre y un texto donde hablaba sobre el amor a la Eucaristía que había aprendido durante el noviciado.

Cuando ya se estaba retirando la asamblea llegó monseñor José María de la Torre, obispo auxiliar de Guadalajara y encargado de la pastoral profética. Monseñor de la Torre cuenta que, cuando niño, el padre Carlos Mora lo invitó al centro vocacional pero él siguió la vocación al sacerdocio diocesano. Al llegar a su casa al regresar de un retiro de matrimonios encontró recado del fallecimiento y enseguida se trasladó para despedirse del padre.

Lunes 6 de noviembre

Los restos del padre Mora llegaron a Cotija al centro cultural Santa María de la montaña aproximadamente a las cinco y media de la tarde. Los legionarios y señoritas consagradas que ya habían llegado, así como los miembros del Movimiento que estaban en cursillo en el centro, comenzaron a pasar a rezar el rosario y a velar a lo largo de la tarde y la noche. Durante la noche se quedaron en la capilla el padre Juan Pedro Oriol, el padre Javier de la Torre, algunas señoras del Regnum Christi de Guadalajara, y los familiares del padre Mora que habían llegado para los funerales.

Martes 7 de noviembre

Durante la mañana llegaron sacerdotes, religiosos y miembros consagrados de diversos centros del país, entre ellos San Luis Potosí, León, Aguascalientes y México. Llegó también monseñor Jorge Bernal, obispo emérito de Cancún-Chetumal y el padre Rodolfo Mayagoitia, director territorial de México. Hubo una representación de los centros vocacionales de Guadalajara y León. Igualmente llegaron familias y amigos de la Legión, principalmente de Guadalajara.

A mediodía inició la misa presidida por mons. Bernal. Concelebraron los sacerdotes presentes en Cotija. Se encontraban en la ceremonia cerca de 500 legionarios, miembros consagrados, miembros del Regnum Christi y amigos. En el saludo inicial monseñor Bernal hizo un breve recuento de la historia del padre Mora en los inicios de la Legión y sus virtudes. El padre Leonardo Núñez predicó la homilía. Antes de la bendición final el padre Antonio Herrero leyó la carta del padre Álvaro al padre Leonardo con motivo del fallecimiento del padre Mora, y el hermano del padre Carlos Mora dirigió unas palabras para agradecerles a todos el cariño a su hermano.

El féretro fue puesto en la carroza fúnebre por hermanos apostólicos. El cortejo se dirigió a la cripta de Mamá Maurita. Al introducir el sarcófago en el nicho hubo un fuerte aplauso. Monseñor Bernal concluyó el rito y dio la bendición. El padre Antonio Herrero entonó “El canto de gozo”, el himno de la Legión y el Salve Regina. Antes de colocar la losa muchos pasaron a tocar el féretro por última vez, dejar flores o pasar alguna imagen sobre él, mientras las señoritas consagradas entonaban algunos cantos. Cuando finalmente se cerró el nicho hubo otro aplauso.

Los presentes se fueron retirando poco a poco. Algunos padres, hermanos y seglares permanecieron un rato en oración aún.

Así concluyeron los eventos del último adiós al padre Carlos Mora, sacerdote, fiel cofundador de la Legión.

4 de noviembre. ¿Quién fue el padre Carlos Mora, L.C.?



El P. Carlos Mora Reyes nació el 28 de julio de 1929 en Zamora, Michoacán. Fue el primero de 6 hermanos, hijos de Salvador Mora Martínez y María Reyes Villanueva. Fue bautizado en la parroquia de la Purísima.

Aún adolescente, fue invitado a formar parte de la naciente congregación de los Legionarios de Cristo, que entonces se llamaban Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen de los Dolores. Tras un período en la Escuela Apostólica, el entonces H. Carlos Mora formó parte de la primera generación del noviciado de la Legión de Cristo y recibió la sotana el 25 de marzo de 1946. En numerosas ocasiones hizo memoria de ese período fundamental en la historia de la congregación. Emitió sus primeros votos el 29 de septiembre de 1947 y realizó la profesión perpetua el15 de septiembre de 1948 en la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores al poco tiempo de haberse efectuado la aprobación y erección canónica de la Legión de Cristo. Tras realizar sus estudios de filosofía y teología en Roma, recibió la ordenación diaconal el 25 de marzo de 1958 en Roma. Fue ordenado sacerdote el 5 de enero de 1959 en el centro de noviciado de la Legión de Cristo.

En sus primeros años de labor sacerdotal fungió como prefecto del Instituto Cumbres de la Ciudad de México y promotor vocacional. Destacó por su testimonio sacerdotal, su entrega al apostolado, su profunda devoción a la Eucaristía. Tenía un don especial para la orientación espiritual y numerosos jóvenes descubrieron su vocación sacerdotal gracias a su guía. Numerosas comunidades de religiosas, familias y párrocos lo conocían y le guardaban afecto sincero y profundo.

En los primeros años de la década de los ochenta el padre Carlos Mora gestionó el surgimiento de las primeras obras de apostolado de la Legión de Cristo en Guadalajara y formó los primeros grupos del Regnum Christi en la ciudad. Finalmente, en 1986, se fundó la comunidad legionaria en esa ciudad, de la que el P. Mora fue superior hasta poco tiempo antes de morir. A pesar de sufrir percances y contrariedades que afectaron su salud, el padre Mora jamás decayó en su ejemplo de piedad y su testimonio sacerdotal. Como superior de la comunidad legionaria, veló siempre por la fidelidad y caridad en su comunidad, y el continuo crecimiento en la caridad y la santidad de todos los legionarios y miembros consagrados.

Durante 20 años el padre dedicó su energía al servicio de la Iglesia en Guadalajara, de modo especial mediante la consolidación de las instituciones y apostolados del Regnum Christi.

Con los años se fue deteriorando su salud. Perdió gran parte de la audición y su vista disminuyó considerablemente. Le fue diagnosticado cáncer pulmonar y fue intervenido quirúrgicamente en los Estados Unidos en los primeros meses del 2005. Volvió a Guadalajara tras una convalecencia en el centro de filosofía y teología de la Legión en Thornwood, Nueva York. A lo largo del 2006 poco a poco se fueron agotando sus fuerzas, sin que disminuyera nunca su celo apostólico, su piedad y su abnegación. Cuentan los miembros del Movimiento Regnum Christi que al volver de los Estados Unidos parecía que le hubieran inyectado nuevas energías en vez que extirparle un tumor.

En el mes de septiembre fue internado en el hospital. Finalmente se le dio de alta en el mes de octubre. Tras un período de intermitente mejoría, finalmente fue llamado a la casa del Padre poco después de las 6 de la tarde del sábado 4 de noviembre de 2006.

4 de noviembre. Cinco años de la partida del padre Carlos Mora al cielo

Hoy hace cinco años el padre Carlos Mora L.C. partió al cielo.

El padre Carlos Mora es alguien muy importante para muchos, sea sacerdotes legionarios, señoritas consagradas, familias, jóvenes, y para muchos que han pasado algún período de su vida en la Legión de Cristo o el tercer grado del Regnum Christi.

Cor Unum va a presentar hoy varias publicaciones relacionadas con la vida, el fallecimiento y la memoria del padre Mora.

Oremus ad invicem

martes, 1 de noviembre de 2011

1 de noviembre. Se casa Javier Fernández

OTRA BODA EN CAMINO

El 5 de noviembre próximo se casa Javier Fernández González. Su hermano, el padre Fernando, celebrará la boda.

La boda será en la Iglesia de San Lesmes, en Burgos, a las 13 horas.

Muchas felicidades a Javier y María.