martes, 25 de mayo de 2010

25 de mayo. Entrevista al P. Jesús María Delgado LC (2 de 2)

























"Haremos lo que la Iglesia nos diga que tenemos que hacer"
"Hemos ido sufriendo una humillación permanente, goteante. Lo hecho, hecho está"

http://www.periodistadigital.com/religion/espana/2010/05/24/legionarios-cristo-espana-entrevista-delgado-maciel-vaticano-.shtml


Jesús Bastante, 24 de mayo de 2010 a las 19:02


(Jesús Bastante).- "A mí me gustaría que la Legión de Cristo saliera fortalecida de esta dura prueba, porque estoy convencido de que es una obra de Dios y llamada a hacer mucho bien". Quien habla es Jesús María Delgado, el máximo responsable de la Legión de Cristo en España. En mitad del terremoto que ha sacudido a la congregación, y que ha motivado que el Papa nombre un comisario para la orden, Delgado habla para RD sobre el presente y el futuro de los Legionarios, la oscura vida de Maciel y la implicación de los actuales altos cargos de la congregación. Pide perdón por "hechos pasados que hemos conocido con estupor, con incredulidad, con vergüenza, con dolor y con resignación", y sostiene que "la Legión de Cristo sólo tiene sentido en la Iglesia. Fuera de la Iglesia sería como un pez fuera del agua y tendría el mismo triste final".

¿Cómo está viviendo la Legión de Cristo los escándalos relativos a la vida de su fundador?

Gracias a Dios, no es algo que estamos viviendo. Son hechos pasados que hemos conocido con estupor, con incredulidad, con vergüenza, con dolor y con resignación y, siempre, ante el sagrario. Probablemente, éste haya sido el itinerario que mayoritariamente hemos ido pasando según nos hemos ido enterando de todo esto y ahora tenemos la mirada puesta en el futuro, con mucha esperanza.

¿Maciel es los Legionarios? ¿Puede sobrevivir la Legión a la condena a su fundador?

El Padre Maciel fue el fundador de nuestra congregación, pero somos legionarios DE CRISTO. En todas las obras de Dios hay un iniciador o varios iniciadores que marcan mucho la historia y el desarrollo de las mismas. Sin embargo, no se puede hacer una ecuación de igualdad entre el fundador y su obra, por un lado, y quien verdaderamente funda es Dios, por otro, a través del instrumento que él escoge. Es Dios quien inspira un carisma para ofrecerle un don al mundo, y es la Iglesia la que reconoce que en efecto hay ahí un don de Dios. La Legión puede sobrevivir si es lo que Dios quiere, y nuestro reto es vivir esta adversidad reconociendo la luz tan grande que hay en ella para que la historia de esta congregación tenga un subtítulo: el de cómo sus miembros fueron capaces de amar, ser fieles y vivir con autenticidad ese don de Dios.

¿Cómo están actuando en el interior de su congregación y en el Regnum Christi? ¿Qué sienten, sufren, viven sus miembros?

Ya llevamos tiempo en este camino y me parece que un buen trecho ya está recorrido. Desde el inicio hemos intentado decir la verdad de tal manera que los miembros pudiesen asumirla y no muriesen en el intento. Cuando nos fuimos enterando de que el P. Maciel no era quien pensábamos que era, además del tremendo impacto personal que sufrimos, entendimos que era nuestra obligación contar al resto de la familia lo que estábamos descubriendo. El cómo contarlo, a quién, en qué momentos, fueron decisiones muy difíciles. Teníamos como objetivo que se supiese la verdad. Pero también teníamos como objetivo no hacer más daño a la gente, con una actitud violenta y grosera o difundiendo lo que en su momento no conocíamos con toda certeza. Hay quien dice que nos hemos equivocado. Que deberíamos haber entendido que no somos una familia, que somos una gran institución, que deberíamos haber hecho una rueda de prensa con todos los medios internacionales, en vez de haber ido sufriendo esta humillación permanente, goteante. Me parece muy difícil saber qué es lo que hubiese sido mejor y ahora es imposible cambiarlo. Lo hecho, hecho está. Después de conocer la verdad, nuestra acción está encaminada a consolar y dar esperanza, porque nuestra misión, transmitir el amor de Cristo, lo merece. Ciertamente no vivimos este tiempo lamiendo nuestras llagas y lamentándonos con Dios, sino que seguimos adelante sirviendo a Cristo y a los hombres, anunciando el Evangelio.

El Papa designará a un comisario pontificio. ¿Cuál cree que debería ser su función?

Como bien conoce, una de las características propias de ser de la Legión de Cristo es la de ir al paso de la Iglesia y, por tanto, la de ser fieles al Santo Padre. Siempre. A partir de ahí, mi opinión coincide con lo que el Papa entienda que ha de hacerse. En el comunicado que la Santa Sede hizo el pasado 1 de mayo, se anunciaba el nombramiento de un Delegado, y también se apuntaba que el Santo Padre se reservaba la facultad de indicar próximamente las modalidades del acompañamiento que nos ofrecerá para abordar algunas cuestiones que apuntaba ya el propio comunicado: La necesidad de redefinir el carisma de la Congregación, preservando el núcleo verdadero, la necesidad de revisar el ejercicio de la autoridad y la de preservar el entusiasmo de la fe de los jóvenes, el ardor misionero, el dinamismo apostólico, por medio de una adecuada formación. En este camino nos acompañará y guiará un Delegado del Papa y me alegro que sea así.

Se ha hablado de Saraiva Martins y del cardenal Sandoval. ¿Qué opinión le merecen?

No tengo el placer de conocer a ninguno de los dos cardenales personalmente, pero estoy seguro de que la persona que designe el Santo Padre será la adecuada para la labor encomendada.

¿Colaborarán con él, sea lo que sea lo que pida?

Por supuesto. Es lo que hemos hecho siempre y es lo que seguiremos haciendo. La Legión de Cristo sólo tiene sentido en la Iglesia. Fuera de la Iglesia sería como un pez fuera del agua y tendría el mismo triste final.

¿Mantienen que tanto Álvaro Corcuera como Luis Garza no conocían los escándalos? ¿Están preparados para una hipotética destitución? ¿Y si se decreta la disolución de la orden o su refundación?

Mire, el sueldo que cobra el Director General es el mismo que cobra el Vicario General, que coincide con que es el mismo que cobro yo, y que es exactamente el mismo que cobra cualquier legionario de Cristo y asciende a cero euros. Para nosotros el "cargo" no es algo que buscamos sino una carga que asumimos por obediencia para servir a nuestros hermanos y a la Iglesia. Si la Santa Sede decide que en vez de que seamos unos, sean otros los que tengan que llevar esa carga, a ninguno nos temblará la voz a la hora de asumir el nuevo trabajo que se nos asigne. Nosotros somos sobre todo y ante todo sacerdotes de Cristo. Esa labor sacerdotal es la que nos mueve y es la que haremos siempre desde donde sea. Como le decía, sólo tenemos sentido en la Iglesia y haremos lo que la Iglesia nos diga que tenemos que hacer.

¿Es consciente la Legión del daño que ha hecho a la Iglesia este escándalo?

Claro que somos conscientes y claro que estamos muy abrumados, pero hay dos cosas que también sabemos: la primera es que no es algo que hayamos elegido. No hemos buscado conscientemente tener un fundador que tuviese unos comportamientos como los que tuvo. La segunda es que Dios sabrá por qué ha permitido que ocurriese lo que ha ocurrido y nos indicará cómo podemos remediar algo y reparar los daños, con la ayuda de todos nuestros hermanos en la fe. Uno sólo crece a través de las crisis y de los fracasos. Tenemos la esperanza de que, tras todo esto, saldremos más maduros, mejor preparados para evangelizar, más humanos para comprender las flaquezas propias y ajenas, y más humildes para servir mejor.

Durante mucho tiempo, se negaron todas estas acusaciones. Ahora se están negando otras -superiores no conocían los desmanes de Maciel, el tema de las consagradas, la posible disolución...-. ¿Entienden la pérdida de credibilidad de la orden?

Me parece que aquí se mezclan realidades muy distintas. Una cosa es haber sido objetivamente una víctima y denunciarlo con perfecto conocimiento de causa, otra es hacer afirmaciones sobre lo que pasa en la mente de otro y sobre eventuales escenarios futuros que nadie conoce a ciencia cierta. De todos modos, la credibilidad se fundamenta en la coherencia y la transparencia; y ése es el camino que deseamos recorrer.

¿Temen que pueda afectar a la beatificación de Juan Pablo II?

Personalmente, tengo una gran admiración por Juan Pablo II y la comparto con muchos otros católicos. Nunca podré agradecer suficientemente que de sus manos recibiera el don del sacerdocio. Considero que ha llevado una vida santa y es un modelo de cristiano y sacerdote. Es lo propio de un proceso de beatificación que se examinen a fondo todas las cuestiones que puedan surgir, y no me cabe duda que la estatura moral de este gran Papa estará a la altura de cualquier examen.

A nivel económico e institucional, ¿cómo está afectando la polémica? ¿Se resiente en ámbitos educativos -matrículas, etc...?

De momento, quienes forman ya parte de nuestra comunidad educativa, nos aprecian, nos conocen y nos quieren, y no hay variaciones respecto a los años anteriores. No hemos tenido bajas a lo largo del curso. Todavía no tengo datos sobre las nuevas inscripciones pero me parece que actualmente el reto más grande está vinculado con la crisis económica que padecemos en Europa. Tendremos que verlo en su momento, al final de curso. De todas formas, la obra educativa de la Legión goza de un reconocimiento propio, al margen de la vida interna de la congregación, y actualmente redobla sus esfuerzos con más entusiasmo si cabe para que ese buen hacer reconocido por muchos no quede empañado por la situación actual de la Legión.

¿Cuál es, en su opinión, el futuro de la Legión?

Como estoy seguro de que no pretende que saque una bola de cristal para averiguar cuál va a ser el futuro de la Legión de Cristo, porque sabe que como sacerdote católico no hago ese tipo de cosas, le voy a contar cuál es el futuro que a mí me gustaría, y sobre que coincida o no con la realidad, es algo que veremos según vaya sucediendo.

A mí me gustaría que la Legión de Cristo saliera fortalecida de esta dura prueba, porque estoy convencido de que es una obra de Dios y llamada a hacer mucho bien. Me gustaría que toda esta adversidad que estamos padeciendo nos sirviese para madurar, para ser mejores. Mejores es ser más humildes y así transmitir mejor el amor de Cristo al prójimo, que es para lo que estamos. Me gustaría que todo eso se pudiese hacer con los que más han sufrido, con las víctimas, pues no puede existir justicia si no es con ellas; con su reconocimiento, con su sanación y, si Dios y ellas quieren, con su perdón. Este es el futuro que a mí me gustaría.

1 comentario:

  1. Realmente, el Padre Jesús María es un ejemplo de idoneidad, perseverancia y coherencia... me duele que tantos santos Legionarios de Cristo como él tengan que estar pasando por todo esto.

    Pero así ha sido la historia de la Iglesia y de nuestra Fe, que nos gloriamos de profesar.

    Humberto Ruiz

    ResponderEliminar