LEYENDAS URBANAS. En el día de los fieles difuntos, una anécdota sobre el hermano Cristóbal Serratos, L.C.
El hermano Cristóbal Serratos fue un legionario que murió de cáncer en 1986. Se le detectó la enfermedad durante las humanidades. Lo operaron en la Ciudad de México, de donde era originario. Quizás alguno escuchó o vio un cuadro con su frase "Yo era un leño que no ardía hasta que Dios me envió el cáncer".
Yo era apostólico en esa época. Lo conocí por casualidad, un día que yo estaba enfermo y me llevaron al doctor. Por esa enfermedad me tuvieron que hacer una operación muy sencilla.
Cuando me estaba recuperando me llegó una postal del hermano Serratos que decía: "Supe que hoy lo van a operar y lo quiero felicitar porque Dios ama mucho a los que une a su cruz... A mí me ha amado mucho: me quitaron un tumor de 20 cm. y me rompieron dos costillas".
Unos días antes de que él muriera fui con un grupo de apostólicos al hospital a visitarlo. Nunca había visto a alguien a punto de morir. Pensé que iba a ser una escena terrible pero él se veía normal, sentado en un sillón, y sólo tenía de especial que casi no se le escuchaba cuando hablaba. De todas formas me impresionó mucho y casi pierdo el conocimiento. Él se dio cuenta y le dijo al prefecto. Me dijeron que saliera un momento de la habitación. Tomé aire y volví.
El hermano Serratos murió dos días después. Los apostólicos estuvimos en la misa y en el entierro.
Oremos por los difuntos. Encomendémonos a su intercesión.
Oremus ad invicem,
Me acuerdo mucho cuando el P.Rafael Arumí nos habló de este hermano en su visita al Noviciado de Irlanda por el año 1991. Después de todo lo que nos contó sentimos a este Hermano dentro de nuestro corazón.
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